EFECTOS DE LAS RADIACIONES TERRESTRES

LAS RADIACIONES TERRESTRES PROVOCAN:

CÁNCER, LEUCEMIA, ESCLEROSIS, ALZHEIMER, EMBARAZOS CON DIFICULTADES, SÍNDROME DE DOWN, INSOMNIO, AFECCIONES NEUROLÓGICAS Y CARDÍACAS, TUMORES, REUMATISMOS, ÚLCERAS, DESREGULACIÓN DE LAS FUNCIONES ORGÁNICAS (DIGESTIVAS, URINARIAS, ETC.), JAQUECAS, CANSANCIO, DESGANO, DESVITALIZACIÓN Y CIENTOS DE ENFERMEDADES MÁS DE MENOR O MAYOR GRADO DE GRAVEDAD.

De la ubicación de su cama, las radiaciones terrestres que afecten ese lugar y que, por ende, recibe su organismo, dependerá que Ud. sea una persona completamente sana o que enferma y en este último caso, la gravedad de su enfermedad también dependerá del tipo y de la intensidad de dichas radiaciones.

coloque una protección contra radiaciones terrestres que las neutralicen”

Dr. Ernst Hartmann, descubridor de las bandas que llevan su nombre:

“Resulta improbable que una persona se enferme si no duerme expuesta a radiaciones terrestres, salvo en el caso de enfermedades causadas por virus infecciosos o bacterias”.

Cama sobre cruce de lineas Hartmann Las líneas de Hartmann y Curry, mejor conocidas como Geopatías, son radiaciones terrestres, líneas de fuerza del campo terrestre que recorren toda la superficie de nuestro planeta a la manera de un sistema nervioso reticular y son invisibles a simple vista. Existen radiaciones terrestres que, con fines aclaratorios, se pueden clasificar en tres grupos.

En el primero de ellos se puede abarcar a las radiaciones terrestres en general denominadas “Red de Hartman” debido a que fue como resultado de las determinaciones sistemáticas y exactas desarrolladas por el médico alemán Ernst Hartman y su equipo de colaboradores en los años 50 que se descubrió la existencia de una verdadera “red” de radiaciones terrestres.

Estas líneas de radiaciones terrestres tienen un ancho aproximado de 25 cm. y se proyectan de norte a sur y de este a oeste a cada 2,70 mts. o mas dependiendo de la Latitud. Verticalmente se proyecta hasta la estratósfera. En el segundo grupo, se puede incluir las radiaciones terrestres denominadas “Red de Radiación diagonal” o “Red Curry” ya que, continuando con las investigaciones iniciadas por el Dr. Hartman, otro médico alemán, Manfred Curry, descubrió la existencia de franjas de radiaciones de 60 cm de ancho orientadas en diagonal con relación a los puntos cardinales y con una distancia aproximada de 2 mts. entre sí. Las franjas Curry aparecen en ciertas regiones.

En tercer lugar, no podemos dejar de lado las vetas de agua o ríos subterráneos, que son cursos de agua que recorren el interior de la Tierra pero cuya ubicación no ha podido sistematizarse hasta el momento y que también producen radiaciones nocivas. En pocas palabras, la Tierra se encuentra recorrida íntegramente tanto por líneas de radiaciones Hartman, por líneas de radiaciones Curry, como así también por vetas de agua, que a su vez se cruzan unas con otras, formando precisamente “cruces” de líneas y de líneas con vetas de agua. Por ejemplo, si una línea de radiación Hartmann se cruza con otra línea de radiación Hartmann, se forma un cruce Hartmann; cuando una línea de radiación Curry se cruza con otra línea de radiación Curry, da origen a un cruce Curry. Asimismo, es posible que los cruces Hartmann se crucen, a su vez, con cruces Curry y éstos, con vetas de agua.

Lineas Hartmann

EL CANCER Y LAS RADIACIONES TERRESTRES

Lo expuesto en este artículo se aplica a todas las enfermedades. Según lo expresó el Dr. Hartmann, en 30 años de práctica, nunca encontró un paciente con cáncer o seriamente enfermo (a excepción de afecciones causadas por bacterias o virus infecciosos) que no hubiera dormido o permanecido durante largos períodos sobre radiaciones terrestres, lo cual se condice con la considerable investigación llevada a cabo en Alemania en los últimos 50 años: es improbable desarrollar cáncer a menos que se haya dormido o permanecido durante largos períodos sobre radiaciones terrestres.

El Dr. Hager de Stetin, médico alemán presidente de la Asociación Científica de Doctores en Medicina, confirmó esta teoría en el 100% de los 5.348 casos de cáncer sobre los cuales llevó a cabo su investigación.

El Dr. F. S. Andersen, a cargo de una clínica especializada en cáncer, contrató un radiestesista para registrar los hogares de sus 300 pacientes con cáncer. Los resultados lo sorprendieron: todos tales pacientes, sin excepción, habían dormido, durante un mayor o menor tiempo, sobre fuertes radiaciones terrestres. El cambio de lugar de las camas de dichos pacientes se tradujo en una notable mejoría en el 100% de los casos.

Ya en 1929, Gustav Freiherr von Pohl, científico y radiestesista alemán, que como parte de sus investigaciones ideó una escala de 1-16 puntos para medir la intensidad de las radiaciones, demostró en todos sus pacientes que cuando la potencia supera los 9 puntos, las radiaciones constituyen un inductor del cáncer. Estos resultados fueron aprobados por el Comité Central para Búsqueda e Investigaciones del Cáncer, en Berlín, que posteriormente publicó las investigaciones llevadas a cabo por el Dr. von Pohl. En su libro “Radiaciones Terrestres, el factor que causa enfermedades como el cáncer”, el Dr. von Pohl revela, como resultado de las investigaciones que realizó en distintas ciudades de Alemania como Vilsbiburg y Dachau, entre otras, que el 100% de las personas que habían fallecido de cáncer durante los 10 años anteriores, habían dormido en lugares afectados por fuertes radiaciones terrestres.

La investigación mas sorprendente hecha por Kathe Bachler, publicado en 1991, indica que de diez mil casos, el 70 % de los pacientes estaba afectado y había desarrollado su enfermedad por estar expuesto a cruces geopaticos.

Sin embargo, no importa la cantidad ni la complejidad de tratamientos médicos a los que se sometan: Mientras continúen durmiendo o pasando extensos períodos de tiempo (por ejemplo, en el lugar de trabajo) sobre radiaciones terrestres de cualquier tipo, no se logrará eliminar esos síntomas y continuarán enfermos. En pocas palabras, pasar gran cantidad de horas, día a día acostado, sobre radiaciones terrestres, ya sea durmiendo o trabajando, produce una gran cantidad de enfermedades. Esto se debe a que las radiaciones despolarizan las células del organismo interfiriendo en su funcionamiento, eliminan el magnetismo necesario para que se mantengan sanas y, en consecuencia, se enferman.

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